Premisas

El camino a la autoaceptación

Las 7 premisas de la Eficiencia Emocional

Las 7 premisas representan la filosofía de Yosiento y son el corazón de la Eficiencia Emocional. Pon en práctica cualquiera de ellas a cabalidad y podrás ver un cambio importante en tu vida.

1. Todo lo que siento proviene de mis condicionamientos

Todo lo que sientes proviene de los condicionamientos a los que has estado expuesto, incluso desde antes de nacer. Tus genes y la información epigénetica por un lado, y las vivencias en el vientre materno, por el otro, te marcan profundamente y determinan muchas de las tendencias emocionales de tu vida posterior.

Otro factor determinante es tu nacimiento. Muchas características de tu personalidad y muchas actitudes que asumirás en el futuro se forman en el momento del nacimiento. 

Finalmente, una vez que has venido al mundo comienzan a condicionarte muchos factores adicionales como son por ejemplo: la familia, tu educación formal, tus amistades, el marco cultural que te rodea, la religión bajo cuya tutela te desarrollas y por supuesto el momento histórico que te toca vivir. 

Cuando logras reconocer que todo lo que sientes, todo lo que haces y cada decisión que tomas provienen  de estos condicionamientos, te vuelves libre y puedes experimentar lo que en Yosiento llamamos la autoaceptación radical. 

2. No existen sentimientos buenos o malos

A lo largo de la historia en la mayoría de las culturas y religiones se crearon matrices de opinión que dividían los sentimientos en buenos y malos. Esto ocasionó que una gran cantidad de sentimientos tildados de malos o negativos fueran prohibidos y castigados. La envidia, la ira y el odio, por ejemplo, pertenecen a esta familia de sentimientos proscritos.

No existen sentimientos malos. Existen sentimientos que, en un momento específico, son ineficientes y te pueden meter en problemas y situaciones difíciles. Negarlos o esconderlos no solo no sirve de nada, sino que a la larga puede generar problemas de salud.

¿Por qué obligarte a NO sentir lo que sientes? Al no permitirte experimentar ni expresar todos los sentimientos que pertenecen a la naturaleza humana, pasas a reprimirlos a través de la autocensura, impulsándolos a tu inconsciente, donde pasan a formar parte de tu sombra. 

Allí está repositorio oculto de todo lo “negativo”, pero también una enorme cantidad de energía vital represada. A través de la Eficiencia Emocional tendrás acceso a esta energía escondida que te podrá impulsar a recorrer nuevos caminos de vida.

Por otro lado, existen muchos sentimientos “buenos” que según las religiones y culturas deberías sentir y que al no hacerlo generan en ti un gran sentimiento de culpa. La gratitud, la compasión y el amor son algunos de ellos. ¿Por qué sentirte obligado a sentir algo que NO sientes? Si no sientes algo, no lo sientes y punto. 

3. Todos los sentimientos son bienvenidos

En la Eficiencia Emocional todos los sentimientos son bienvenidos. También la envidia, la ira y el odio, por ejemplo, son parte del extraordinario repertorio emocional del ser humano, y como tales queremos reconocerlos, sentirlos y aceptarlos para aprender a expresarlos de una manera coherente y eficiente. 

Además, contienen importantes mensajes para ti y para tu sanidad física y mental. Claro está, ¡también el amor, el entusiasmo y la motivación son bienvenidos! ¡Todos lo son! Cuando no excluyes ningún sentimiento, puedes finalmente vivir una vida plena, profunda y verdadera.

4. Yo soy el único responsable de mis sentimientos

Nadie es responsable de lo que tú sientes. No tus padres, ni tus maestros y profesores, ni siquiera tu pareja. Tampoco lo son los políticos, tu país o la situación económica. Tú eres el único responsable. Únicamente cuando puedes aceptar esa responsabilidad puedes empoderarte y así vivir una vida plena y emocionalmente satisfactoria, donde todas las decisiones y todas las acciones nacen desde la Eficiencia Emocional. 

Así, en vez de reaccionar a los eventos de tu vida, accionarás desde tu propia realidad interna.

5. Los sentimientos no son míos ni personales

Los sentimientos no son tuyos. Desde la Eficiencia Emocional reconocemos que todo lo que sentimos proviene de nuestros condicionamientos (Premisa 1). Esto significa que todos los sentimientos son heredados y aprendidos. No son inmutables. Puedes cambiarlos. Pero, lo que es quizás más importante aún, tampoco tú eres de los sentimientos. Ellos no tienen por qué poseerte y hacer contigo lo que les dé la gana. 

Cuando llegas a la Eficiencia Emocional puedes reconocer lo que sientes sin que tus sentimientos te secuestren y te lleven a tomar decisiones nocivas que pueden llevar a resultados negativos. De esa forma, podrás vivir una vida en paz y en equilibrio.

Así, en vez de reaccionar a los eventos de tu vida, accionarás desde tu propia realidad interna.

6. Cada momento es un momento

Por un lado, cada momento que vives exige algo de ti, de tu cuerpo, de tu mente, de tus sentimientos, pero por el otro ese mismo momento también te brinda una oportunidad. Eficiencia Emocional significa estar presente para la exigencia del momento y abierto a la oportunidad de ese mismo instante. 

Esto implica tener la capacidad de impedir que los sentimientos fuertes te secuestren y te lleven a actuar de manera irracional y dañina para ti y para los demás. Porque una cosa es sentir un sentimiento, y otra muy distinta es que el sentimiento se adueñe de ti.

Vivir cada momento como un momento, vivir el presente con eficiencia, también significa no dejarse atrapar por la mente “rumiante”, esa mente que te obliga a darle vuelta una y otra vez durante horas a un pensamiento con una carga emocional importante, lo cual te deja exhausto y frustrado sin llegar a resolver nunca el problema inicial. La Eficiencia Emocional rompe esas cadenas mentales inútiles y frustrantes y te permite estar en paz. 

Cuando llegas a la Eficiencia Emocional puedes reconocer lo que sientes sin que tus sentimientos te secuestren y te lleven a tomar decisiones nocivas que pueden llevar a resultados negativos. De esa forma, podrás vivir una vida en paz y en equilibrio.

Así, en vez de reaccionar a los eventos de tu vida, accionarás desde tu propia realidad interna.

7. Sin sentimiento no hay movimiento

Los sentimientos vienen siempre acompañados de una carga energética, y casi todo lo que haces en tu vida nace de un sentimiento. Ciertamente todo lo importante. Todas tus acciones no rutinarias están motivadas por sentimientos y emociones. Si estos son reconocidos y aceptados, se vuelven saludables y las acciones subsiguientes también lo serán. 

Aprender a sentir eficientemente y darte cuenta de cuáles son los sentimientos y necesidades que te impulsan te ayudará a actuar de una manera más eficiente, con lo cual podrás lograr tus objetivos y metas y estar alineado con tu verdadero ser. 

Esto implica tener la capacidad de impedir que los sentimientos fuertes te secuestren y te lleven a actuar de manera irracional y dañina para ti y para los demás. Porque una cosa es sentir un sentimiento, y otra muy distinta es que el sentimiento se adueñe de ti.

Vivir cada momento como un momento, vivir el presente con eficiencia, también significa no dejarse atrapar por la mente “rumiante”, esa mente que te obliga a darle vuelta una y otra vez durante horas a un pensamiento con una carga emocional importante, lo cual te deja exhausto y frustrado sin llegar a resolver nunca el problema inicial. La Eficiencia Emocional rompe esas cadenas mentales inútiles y frustrantes y te permite estar en paz. 

Cuando llegas a la Eficiencia Emocional puedes reconocer lo que sientes sin que tus sentimientos te secuestren y te lleven a tomar decisiones nocivas que pueden llevar a resultados negativos. De esa forma, podrás vivir una vida en paz y en equilibrio.

Así, en vez de reaccionar a los eventos de tu vida, accionarás desde tu propia realidad interna.

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